Holy Motors (2012)
Leos Carax rescata al protagonista de su segmento (por cierto el más flojo de ellos) de “Tokyo!”, esa genial obra colaborativa estrenada en 2008. Sin otro nexo en común que la aparición fortuita de ese ser salido de las alcantarillas, el director de cine francés explora las entrañas de la interpretación en “Holy Motors”, otra extraña obra, encumbrada por algunos, tachada de absurda por otros. Después de unos desorientantes primeros momentos, la pregunta que plantea es ¿que es necesario (en el cine, en el teatro, en la vida) para crear una situación? Su respuesta es clara, un actor. Lo fascinante es la forma de responder a una pregunta que nunca se formula. Porque con “Holy Motors” se hace patente más que nunca que la locura y la genialidad están a la distancia de un paso, ¿o quizás en realidad son lo mismo? Decidan ustedes mismos que es “Holy Motors”. Para mi la película ejercita libremente la locura, y entre la siempre esquiva libertad y la demencia, y como guinda a una obra que trata sobre la interpretación, se encuentra un camaleón, Denis Lavant, que lo hace todo perfecto durante dos horas.
Director: Leos Carax Guión: Leos Carax Música: Neil Hannon Fotografía: Yves Cape, Caroline Champetier Intérpretes: Denis Lavant, Edith Scob, Kylie Minogue, Michel Piccoli, Eva Mendes, Jean-François Balmer, Big John, François Rimbau, Karl Hoffmeister
Francia | 2012 | 115 minutos | Drama | Cine experimental | Surrealismo | Cine dentro del cine | Película de culto |