StarCraft II: Heart of the Swarm (2013)
Como ya anunció la propia Blizzard, la segunda entrega de “StarCraft” estaría organizada como una trilogía, de la que esta “Heart of the Swarm” es su segunda parte, todas manteniendo inalterada su base jugable. Aunque sé que los verdaderos fans de “StarCraft” disfrutan del eterno modo multijugador, yo me limito a completar su campaña para un jugador. Y si la primera estuvo protagonizada por el terran Jim Raynor, ahora tomamos el control de la malvada reina de espadas Sarah Kerrigan, recordemos, una terran que fue transformada en zerg. Aunque al comienzo de esta aventura le es devuelta parte de su humanidad, aun conservando su poder para controla a los zerg. Así la trama trata de la pujna entre la humanidad y la infección zerg en el interior de Kerrigan, mientras continúa con la historia de batallas por el poder alrededor de la galaxia.
Una historia que, aunque tiene sus momentos grandiosos, creo que se está volviendo cada vez menos interesante porque al final las 3 facciones en liza en el universo de “StarCraft” se parecen cada vez más entre ellas, cuando lo interesante era lo contrario. Por ejemplo, se llega a hablar de moralidad en el bando zerg, cuando su distinción es que eran amorales. Sumado a esto, el equilibrio entre las razas brilla por su ausencia a nivel de argumento. Los protoss siguen teniendo mucha menos importancia narrativa, así que a ver qué nos cuentan en el capítulo final que les toca protagonizar.
Por cierto, esta historia se narra a través de las excelentes escenas cinemáticas en vídeo tan características de Blizzard, pero también con las mucho más frecuente y simplonas secuencias con el motor del juego, que creo que no hacen para nada justicia a un producto de esta categoría.
A decir verdad, donde brilla “StarCraft” es en pleno juego. En “Heart of the Swarm” nos esperan 27 nuevas misiones, entre las cuales se cuelan un par donde llevamos al bando terran, bastantes en las que totalmente o en parte jugamos como si fuera una aventura, sin base para crear unidades, y 7 que son misiones de evolución, o lo que es lo mismo, meros tutoriales que están repartidos por todo el juego. Esto unido a que las misiones propiamente de gestionar bases para atacar y defenderse tienen condiciones de lo más variadas, hace que el juego no se repita, cada misión es completamente distinta a la anterior.
Por lo que se ve, sus responsables han comprendido acertadamente que una campaña en este tipo de juegos mantiene el interés gracias a la variedad. Por eso me gustan las originales formas que ha encontrado Blizzard para que el jugador no se acomode y tenga que jugar de distintas formas. Fases donde se nos obliga a alcanzar ciertos puntos de control cada poco tiempo, recolectar objetos antes que la facción rival, estar atentos a varias zonas del mapa a la vez, explorar zonas para obtener recompensas extra… Victorias que no implican simplemente el antiguo objetivo de destruir la base enemiga, o si lo son, cambiando condiciones de combate para evitar que nos acomodemos repitiendo estrategia sistemáticamente. Aun así, echo en falta más misiones defensivas, la mayoría exigen ir al ataque, y acabar rápido, añadiendo límites de tiempo. Para fomentar esas distintas formas de jugar e incentivar la rejugabilidad, también se han añadido logros que se desbloquean al conseguir ciertos extras.
Además de la variedad, otro acierto es que, como ya hiciera “Wings of Liberty”, se vuelve a apostar por la personalización de las unidades, todas dentro de la facción zerg. Por un lado Kerrigan irá aumentando su nivel a medida que avance la aventura, permitiéndonos elegir que habilidades queremos tener en las misiones entre una gran variedad. Para el caso del resto de unidades, tenemos las ya mencionadas misiones de evolución, que nos presentan 2 alternativas de evolución para cierto tipo de unidades, una vez elegida esa será la que tengamos hasta el final de la campaña. Después, eso sí, podemos activar para cada misión una característica especial a elegir entre 3 para cada tipo de unidad. Con todo esto lo que consigue el juego es que cada jugador pueda elegir de que forma quiere jugar, incluso permitiéndole cambiar si no está a gusto con la estrategia elegida, o sí simplemente se aburre.
Para terminar con las elecciones, existen un par de puntos en la historia en la que se nos permite elegir el que camino de misiones tomar, lo que cambia solo el orden de misiones en campaña.
En este texto solo he nombrado características de este juego en concreto, pero está claro que un juego de estrategia en tiempo real es mucho más. Para mí “StarCraft II: Wings of Liberty” ya se colocó en la cúspide del género sin ser ninguna revolución. Su segunda parte solo aporta su nueva campaña y el cambio de bando, porque la base del juego sigue siendo la misma. Estas características propias de la nueva entrega solo consiguen mantener el listón prácticamente igual de alto. Pocos juegos me absorben tanto como un buen RTS, y “Heart of the Swarm” es de los muy buenos.
Desarrollador: Blizzard Guión: Chris Metzen, Brian Kindregan Música: Glenn Stafford, Jason Hayes, Russell Brower, Neal Acree, Derek Duke Intérpretes: Tricia Helfer, Robert Clotworthy, James Harper, Steve Blum, Nika Futterman, Karen Strassman, Victor Brandt, Brian Bloom, Josh Keaton, Gary Anthony Williams, Fred Tatasciore, Julianne Buescher, Frank Welker, Patrick Seitz, Jim Ward, Jamieson Price, Paul Eiding, Rachael MacFarlane
Estados Unidos | 2013 | Videojuego | Estrategia | Estrategia en tiempo real | Vista diagonal-superior | Cámara libre | Gráficos 3D | Bélico | AAA |