Sega Rally Championship (1994 - 1995)

Sega Rally Championship (1994 - 1995)

La carrera armamentística entre Sega y Namco en el hardware arcade que comenzó en los 80 resultó en que ambas compañías dieron lo mejor de sí mismas en sus juegos de conducción. Ya metidos en los 90, esta otra guerra del videojuego empujó a Sega a crear hitos con gráficos poligonales, empezando por “Virtua Racing”, luego “Daytona USA”, y finalmente este “Sega Rally” con el que personalmente pienso que Sega alcanzó su madurez completa en la conducción arcade.

A diferencia de los otros dos, este fue obra de AM3, diseñado y producido por Tetsuya Mizuguchi, y dirigido por el exNamco Kenji Sasaki. Haciendo uso de la placa Model 2 presentaron un arcade de conducción al estilo de los anteriores, con mueble espectacular, posibilidad de competir entre amigos juntando cabinets, el más puntero apartado gráfico… Pero si en los salones recreativos ya era tradición que el hardware de Sega dejara con la boca abierta a todos los jugadores de la época, en el hardware doméstico del momento, Sega Saturn, había metido la pata en varias ocasiones con conversiones precipitadas y llenas de errores, como las de “Daytona USA”, “Virtua Racing” y “Virtua Fighter” para Saturn. Por suerte, esa solo fue una primera generación de conversiones que no salieron bien. Un rumbo que se logró corregir ya para cuando le llegó el turno de salida a “Sega Rally” a finales de 1995.

Aún lejos del pixel perfect, a nivel técnico “Sega Rally Championship” presentaba un espectaculares gráficos dadas las capacidades técnicas de la 32 bits de Sega, por lo que en ese sentido se puede considerar una conversión más que meritoria. Quizás hoy este gran apartado gráfico está lejos de destacar, pero cuando los jugadores llegaban por primera vez a la última curva del primer circuito, con el helicóptero poligonal levantando una nube de partículas… el momento era glorioso. Hasta te olvidabas de la corta distancia de dibujado habitual de la época, por cierto, en este caso bastante bien disimulada por los sinuosos recorridos.

Pero si la considero una conversión maestra del arcade es por su velocidad y su control. Me parece inconcebible lo bien que se maneja este juego con un simple pad de 8 direcciones en lugar del volante del arcade. Aun a día de hoy es toda una gozada controlar el coche de “Sega Rally”, acelerar, adelantar a otros corredores, hacer esos característicos derrapes… vaya sensación tomar las curvas perfectas y acortar unas centésimas nuestro mejor tiempo. Y todo esto a una tasa de cuadros por segundos realmente alta, de ahí esa gran sensación de velocidad.

Una gran conversión que evidentemente conserva los aspectos clave del arcade, con esa conducción sobre diferentes superficies como gran novedad en el género de conducción. Esos distintos terrenos se traducen en distintos agarres de los neumáticos del coche, con lo que “Sega Rally” trajo al videojuego de velocidad una revolucionaria forma de conducir, con el derrape como una de sus características principales. En los años siguientes, esto dio pie a otros míticos juegos de conducción, ya con una vertiente menos arcade que subsanaba todas las carencias de este “Sega Rally”. Me refiero a juegos como “V-Rally” o “Collin McRae Rally”, o el mismísimo “Gran Turismo”. Para completarlo, el juego cuenta con la opción del imprescindible cambio de marcha manual, unos peculiares indicadores de curvas, y dos ángulos de cámara, aparte de las típicas repeticiones con las que por entonces alucinábamos.

En cuanto a exigencia… es un arcade de Sega. Aunque al poco de jugar pensemos que lo controlamos perfectamente, siempre existe una forma de hacerlo un poquito mejor. Y es que “Sega Rally” no se conforma con menos que la perfección por parte del jugador.

“Sega Rally” es una conversión muy fiel con lo bueno, pero también con lo malo que esto conlleva. El juego cuenta con apenas 2 coches (mas uno desbloqueable), 3 circuitos (con otro desbloqueable también) y 3 modos de juego. Por un lado, el modo arcade en el que nos enfrentamos a los circuitos consecutivamente, pasando por distintos ambientes como desiertos, bosques y pueblos de montaña. En ellos contaremos con un tiempo límite que deberemos alargar pasando por los típicos checkpoints. Además, escalaremos posiciones adelantando a unos rivales que llevan un inamovible recorrido sobre raíles. Si llegamos primeros al final del tercer circuito abriremos uno extra, que por desgracia es el menos interesante por su repetitiva ambientación y su estrecho recorrido. Una vez desbloqueado este, ya tendremos acceso a él desde el modo time attack, en el que, sin rivales, podemos intentar mejorar nuestros tiempos viendo al “fantasma” de nuestro mejor recorrido. No podía faltar el imprescindible modo multijugador a pantalla dividida, que puede alargar la vida de un juego que a todas luces se queda corto de contenido.

Aún con esa escasez, es en carrera donde el juego saca todo su potencial, que no es poco. Por su jugabilidad directa y sus controles precisos, no ha perdido un ápice de diversión en estas décadas. Como buen arcade, hoy día se juega tan bien como entonces y es igual de divertido. “Sega Rally Championship” es un hito, pero también es una joya arcade atemporal.

Desarrollador: Sega AM3 Música: Takenobu Mitsuyoshi

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