Lonely Mountains: Downhill (2019 - 2022)

Lonely Mountains: Downhill (2019 - 2022)

Que les parece ir a la montaña, y bajar en bicicleta desde los picos más altos. Sin música, acompañados solamente por el sonido ambiente, los pájaros, el viento, los árboles. Eso es lo que propone “Lonely Mountains: Downhill”, montar en bicicleta a vista de pájaro, con unos agradables gráficos low poly. Así, el título consiste en realizar arriesgados descensos en bicicleta, en los que no podremos tropezar con ninguna piedra o árbol, o deslizarnos sin remedio hacía el vacío. El título retoma de este modo la jugabilidad de los viejos juegos de conducción 2D de vista aérea o cenital, como el mítico arcade de Gaelco “World Rally Championship” o mi querido “Micromachines” de la época de los 8 y 16 bits, pero para la ocasión le suma una física muy realista que crea una jugabilidad única.

Decidiéndome por el control tipo tanque, para definir el control la palabra clave es intuitivo. Además, por extraño que parezca por la perspectiva, la sensación es de estar controlando una bicicleta de verdad. El sistema de físicas en ese sentido es clave, impulsando una jugabilidad muy rica, en la que hay que controlar muchas variables, el tipo de terreno, su inclinación, la velocidad, la inercia, distancias, alturas… sumadas a las características propias de la bicicleta que controlemos. Por ejemplo, en terrenos pendientes la bicicleta bajara sin necesidad de pedalear, y para no estamparnos con una roca quizás no baste con pulsar el freno, y haya que hacer un derrape. Mencionar también lo conseguido que está el comportamiento del personaje, que en cada situación se mueve de forma muy realista.

Con esa jugabilidad, el juego se organiza en 4 montañas, con 4 rutas cada una, y dentro de ellas varias pruebas en las que tendremos que cumplir ciertos requisitos. El juego comienza con solo una prueba disponible, y partir de la cual tendremos que ir desbloqueando poco a poco el resto. Los desafíos a cumplir en cada prueba son completar recorridos en un tiempo límite, o con un límite de caídas, o usando un modelo de bicicleta determinado. Las más complicadas combinan varias condiciones. Existe también un modo noche, en el que la prueba es completar el recorrido con una incomodísima oscuridad que oculta casi todo el escenario.

El juego está diseñado para incitarnos a mejorar poco a poco, empezando por lograr mejores tiempos en pequeños tramos. Sí, porque cada recorrido está dividido en secciones en las que hacer respawns rápidos si sufrimos una caída. “Lonely Mountains: Downhill” juega sabiamente con el riesgo y la recompensa. Para hacer los mejores tiempos hay que arriesgar más, o incluso mucho más. También a la hora de tomar atajos, porque los recorridos tienen innumerables rutas posibles. Por eso es importante tomarnos un tiempo para explorar todas las posibilidades, aunque alguna suene tan arriesgada como saltar por un precipicio. Los recorridos por su parte se vuelven cada vez más rocosos, sinuosos y escarpados. Al final del juego hay zonas en las que ponen a prueba nuestra pericia al manillar y prácticamente hay que hacer trial.

También es buena idea probar con las 6 bicicletas que tendremos disponibles, y que podremos desbloquear con los puntos que iremos obteniendo. Cada una con sus características y, por mi experiencia, perfectamente balanceadas.

El juego en general no me ha resultado del todo difícil, aunque si es verdad que se estructura de tal modo que acceder a todas las rutas disponibles sea sencillo. Aunque completar las pruebas más difíciles sí que estará solo al alcance de los muy hábiles… y pacientes. Mencionar que me ha resultado extraño que no pusieran una repetición fantasma para ayudarnos a mejorar los tiempos.

Por cierto, no me ha gustado que el juego se alargue innecesariamente al no validarnos los retos conseguidos en otras pruebas. Resulta un poco frustrante que estemos obligados a repetir recorridos para cumplir retos que en realidad ya hemos conseguido.

Aparte de eso, “Lonely Mountains: Downhill” me ha parecido un muy buen juego de conducción isométrica, con una jugabilidad sencilla pero muy robusta, asentada sobre el control y su física realista, y que propone desafíos para jugadores de todos los niveles. Quizás no sea un título para jugar en sesiones muy largas, ya que su mecánica tan simple puede hacerse muy machacona. Podían haber tomado cuenta de lo que hizo la serie “Trials” con los modos especiales que proponían extravagantes retos cortos.

Aun así, a quien le sepa a poco, Megagon Industries sigue añadiendo cada día un recorrido diario, variación de los que ya incluye el juego base y sus DLCs, para que la comunidad compita por hacer el mejor tiempo. Y hablando de los DLCs, en los años sucesivos se lanzaron 3 gratuitos que añaden 3 recorridos nuevos de lo más interesantes, además del DLC de pago que es una montaña nueva con sus correspondienets 4 recorridos.

Desarrollador: Megagon Industries

AlemaniaAlemania | 2019 | 20 horas | Videojuego | Conducción | Deporte | Vista diagonal-superior | Scroll 2D | Gráficos 3D | Indie |