Amnesia: The Dark Descent (2010)
Frictional Games es un estudio independiente sueco que se estrenó en la segunda mitad de la primera década de los 2000 con la serie “Penumbra”. Esta primera propuesta del terror en primera persona pronto tendría continuidad en todos los sentidos con este su mayor éxito, “Amnesia: The Dark Descent”. Al título le da vida la segunda iteración del motor gráfico propio del estudio, el HPL Engine, que llega solo a permitir que en el juego encontraremos unas estancias semivacías, con una poco variada selección de objetos, que, eso sí, pueden ser muchos de ellos manipulados con una física bastante realista. Por su lado la iluminación, algo fundamental en el juego, tampoco es algo que destaque especialmente. Aun con unos medios tan básico, el resultado es suficientemente práctico como para cumplir con los objetivos del juego y conseguir una asombrosa inmersión.
Hay que puntualizar que para potenciar precisamente esa ambientación, como el propio juego aconseja, es mejor jugar con cascos y a oscuras, además de tomárselo como una experiencia, es decir, en lugar de intentar hacerlo todo perfecto es preferible comportarse interpretando al personaje protagonista. Personaje que solo recuerda su nombre, Daniel, cuando despierta en un lúgubre castillo. No tardaremos en encontrar una nota propia que explica que la amnesia que sufre es algo de su propia elección, le advierte de que una sombra lo amenaza, y finalmente le insta a descender a las profundidades del castillo para acabar con la vida del barón Alexander. Nos espera una historia con tintes lovecraftianos que se desarrolla a través de las notas que iremos encontrando.
La jugabilidad presenta una interfaz limpia sin marcadores de salud ni nada parecido que nos distraiga. El camino a las oscuras profundidades del castillo tiene tramos muy lineales, y otros que presentan una zona central ramificada en otras en las que hay que investigar para encontrar la forma de avanzar. Así el juego suele consistir en explorar estancias, y buscar objetos para resolver pequeños acertijos, algunos relacionados con la física de objetos que presenta el juego, muy lógicos, todo hay que decirlo, mientras vivimos un perturbador viaje sensorial gracias a su gran ambientación.
La jugabilidad y la ambientación se entremezclan aun más cuando descubrimos que la oscuridad es a la vez nuestra salvación y un instrumento para hacérnoslo pasar mal. Cuando accedemos a lugares oscuros empezamos a sufrir una locura en forma de efectos de distorsión de imagen y sonidos perturbadores, que pueden terminar por paralizar a nuestro personaje. Una forma de evitarlo es usar ciertos consumibles para darnos luz. Pero cuando un enemigo anda cerca, los tambores se entonan a la vez que los latidos de nuestro corazón. Ante ellos solo podemos huir o escondernos en lugares poco iluminados. Así que en ocasiones el jugador deberá decidir entre evitar la luz o evitar la oscuridad.
Creo que el juego está muy bien planteado en este sentido, pero todo esto funciona muy bien solo con personas que realmente sean susceptibles a este tipo de ambientación. En mi caso, a pesar de que reconozco que el ambiente angustioso y de tensión que se crea con los efectos gráficos y el sonido está muy logrado, por desgracia soy un jugador inmune a este tipo de ambientación de terror. En todo el juego tan solo me he llevado un par de buenos sustos, pero solo han sido eso, jumpscares puntuales.
Además el juego destierra el factor supervivencia y da demasiadas facilidades en cuestión de recursos, los hay de sobra. He terminado el juego con un centenar de los previsiblemente escasos encendedores. Tendrían que haber hecho algo para evitar esta absurda acumulación. Tampoco le veo sentido a los brebajes recuperadores de salud. No he usado ni uno durante todo el juego. La principal razón es que cuando un enemigo te descubre directamente acaba contigo. Es más, en ciertos puntos, el título está diseñado para matarte irremediablemente. Pero no hay problema, cuando vuelvas a intentarlo el peligro habrá desaparecido. Da la impresión que el juego no quiere bloquear nuestro avance por nuestra torpeza, así que nos lo facilita en el primer reintento. Es cierto que existe un modo difícil, pero al empezar el juego asegura que el modo normal es la forma en la que se pensó.
En cualquier caso, “Amnesia: The Dark Descent” es un juego con muchos puntos positivos. Un juego al estilo de un escape room que nos ofrece algunos buenos puzzles a la vez que presenta una ambientación de terror muy conseguida, su gran punto fuerte. Un juego que podemos considerar inspirador de otros, como “Alien: Isolation”, o una saga tan consagrada como “Resident Evil”, que tomó mucho de este título cuando decidió volver al terror.
Desarrollador: Frictional Games Guión: Mikael Hedberg, Thomas Grip Música: Mikko Tarmia Intérpretes: Richard Topping, Sam A. Mowry, Bill Corkery, Eric Newsome, Lani Minella, Marc Biagi, Dave Rivas, Dan Zullo, Emily Corkery, Jon St. John, Scotty Campbell, Jeff Buchanan
Suecia | 2010 | 9 horas | Videojuego | Aventura | Acción | Sigilo | Vista en primera persona | Gráficos 3D | Misterio | Terror | Indie |