Super Castlevania IV (1991)
A principios de los 90, las grandes compañías de videojuegos japonesas que habían colaborado con Nintendo en el éxito de su primera consola, empezaron a portar sus grandes sagas a su nuevo hardware. Así, tras su paso triunfal con 3 entregas en NES, y otras para MSX, recreativas y Game Boy, aterriza en la Super Nintendo este “Super Castlevania IV”, que aunque al público occidental nos lo vendieron como secuela, en realidad se concibió como remake del primero.
Con este juego Konami ayudaba a Nintendo a mostrar el poder del cerebro de la bestia en las capturas de las revistas y vídeos promocionales que nos dejaban alucinados por aquel entonces. El salto gráfico desde los anteriores “Castlevania” era monumental, con sprites gigantes, pantallas llenas de detalles y colorido, y sonido de alta calidad. Sin embargo el juego también sufría en ocasiones de terribles ralentizaciones, demostrando lo que ahora muchos ya sabemos, que la lentitud del procesador pasaba factura en ciertas situaciones. Todo esto se traducía en que el juego nos llevaba al mismísimo castillo de Drácula con una gran variedad de ambientes y enemigos. Personalmente pienso que el arte del juego es quizás demasiado complejo y colorido, como queriendo demostrar las capacidades de la máquina. A un juego que trata sobre vampiros y monstruos le hubiese venido mejor una paleta de colores más lúgubre.
En línea con esto tengo que hacer mención aparte a las virguerías gráficas de las que hacía gala el juego en la nueva consola, y que nos volvieron muy locos en aquellos años. La realidad es que este es un juego de la primera época de Super Nintendo, y se nota que sus programadores aun no tenían muy claro como integrar dentro de su juego muchas de las innovadoras posibilidades de la consola. De este modo, los 3 momentos más impresionantes a nivel técnico también son ridículamente simples en lo jugable. Creo que está claro que estaban ahí más como experimentos técnicos.
Siguiendo con lo jugable, “Super Castlevania IV” no solo no quiso ser una revolución, si no que puede verse como un paso atrás. La cuestión es que la producción de este juego comenzó cuando aún “Castlevania III: Dracula's Curse” estaba en preparación en manos de otro equipo, por eso las ideas innovadoras que se vieron allí ni se plantearon para el nuevo juego. Aunque si que encontramos novedades, como el curioso control de su arma principal, el látigo, que nos permite fustigar en 8 direcciones, sostenerlo mientras lo ondeamos, o engancharlo para sortear plataformas.
Más allá del control, pocas novedades con respecto a los antiguos juegos de 8 bits. Tenemos un juego de acción y plataformas en 2D con 11 fases totalmente lineales divididas en distintas subfases, en las que hay que salvar obstáculos y acabar con los enemigos y bosses que nos encontremos. Contaremos con una barra de vida, un límite de tiempo, y también armamento secundario que se gasta, y que es completamente prescindible dada la poca dificultad del título, aunque puede ayudarnos a avanzar, siempre que contemos con el adecuado en cada momento.
Y es que el juego baja su dificultad ostensiblemente con respecto a sus antecesores. Los enemigos se comportan de forma benévola, además de contar con continuaciones infinitas y passwords para continuar partida. De esta forma, perder todas las vidas solo nos llevará al principio del nivel en el que estemos. Así que por muy mal que juguemos siempre tendremos 4 vidas para pasarnos cada nivel, y reintentarlo todas las veces que haga falta. Aun así, paulatinamente la dificultad de las fases irá en aumento. Un aumento que tiene mucho que ver con el, en ocasiones, desesperante control para salvar plataformas, que nos harán perder muchas vidas. Por ejemplo, ese extraño enganche con el látigo, las plataformas que se giran sin darnos tiempo a saltar, y las malditas escaleras de las caeremos si recibimos un golpe, o si se desmorona sin dejarnos movernos.
El título también tiene un buen número de jefes finales y de mitad de fase, muchos con una presencia impresionante, aunque con ataques ridículamente simples. Si se llega a ellos con suficiente vida se les puede matar solo atacando sin ni siquiera intentar esquivarlos. Los jefes que merecen realmente la pena en lo jugable son los que encontramos en el arreón final.
Aunque perfectamente jugable a día de hoy, entre otras cosas por contar con esos preciados passwords que hacen más liviano su desarrollo, para mí está claro que ser una propuesta tan clásica incluso para su época hace que en la actualidad “Super Castlevania IV” se vea como un juego muy simple, atrasado en algunos aspectos jugables y relacionados con el control. Pero eso se queda en nada cuando, mientras juegas, escuchas su tremenda banda sonora. Emulando de forma fiel una cantidad absurda de instrumentos, el chip de sonido de la Super Nintendo hace magia al reproducir una obra maestra tras otra en una selección de temas entre los que encontramos remixes de los clásicos de la saga, pero en la que, desde mi punto de vista, brillan incluso más sus novedades. Hay que quitarse el sombrero por lo conseguido aquí por el equipo de sonido de Konami, responsables de una banda sonora que inspira misterio y aventura, y no solo no ha envejecido con los años, si no que ha sumado a esas sensaciones el factor nostalgia.
Desarrollador: Konami Música: Masanori Adachi, Taro Kudo
Japón | 1991 | 5 horas | Videojuego | Acción | Plataformas de acción | Plataformas | Vista lateral | Scroll 2D | Gráficos 2D | Terror | Retro |