Wilmot's Warehouse (2019)
Sencillez y minimalismo dan forma este juego en el que controlamos a un sonriente cuadradito blanco. Nuestro cometido será el de gestionar un almacén en un extenso plano 2D. Así, nuestra única obligación es recibir la mercancía y organizarla como queramos, para así tenerla lista para entregar cuando lo requieran los clientes. Estas acciones se van turnando en varias fases con límites de tiempo, dejándonos cada cierto número un periodo libre para repensar nuestra organización del almacén. También obtendremos unos puntos de recompensa, que pueden ser mayores cuanto más rápido entreguemos los productos, y que se pueden invertir en mejoras para ejercer nuestra labor.
Una particularidad, creo que clave, es que los productos solo son visibles a una cierta distancia, así que será importante saber donde está cada uno de ellos. Y esto es algo que cada vez se vuelve más difícil, porque en cada descarga de mercancía aparecerán 4 nuevos tipos de productos a sumar al surtido de los ya conocidos, y a los que tendremos que buscarles un lugar. Poco a poco llegaremos a los 200 tipos de productos, lo que puede llevar entorno a 8 horas, en las que podremos dejar la partida cuando queramos para continuarla en el futuro. Si bien puede jugarse en partidas cortas, no es recomendable dejar pasar mucho tiempo entre ellas, porque recordar donde están los productos en nuestro almacén se vuelve esencial.
La cuestión es que todo esto que comento resulta ser muy divertido, y hasta a ratos adictivo. Creo que el motivo principal para que todo esto funcione es que el juego deja una libertad casi total al jugador para que se organice como quiera, y así busque estrategias y técnicas más óptimas para recepcionar, almacenar y entregar mercancía. No estamos ante reglas encajonadas o complejas. “Wilmot's Warehouse” es tan simple a la vista como a la hora de jugar y comprender sus reglas. Admiro esa simplicidad de las mecánicas, que hace que la jugabilidad surja de forma tan natural y tan pura. El resto corre a nuestra cuenta, y ahí es donde más se disfruta. El resultado es obtener la satisfacción del orden. Un rato entretenido en el que poner a prueba, e incluso mejorar, nuestra capacidad de organización, a la vez que nos sorprendemos al descubrir que podemos memorizar donde hemos colocado los 200 tipos productos diferentes.
Desarrollador: Hollow Ponds Música: Eli Rainsberry
Reino Unido | 2019 | Videojuego |