Doom Eternal (2020)

Doom Eternal (2020)

Tras sufrir un revolucionario punto de inflexión en 2016, tanto para ella como para los shooters en primera persona, la mítica franquicia de videojuegos “Doom” recibe una nueva entrega, tan continuista como gloriosa. Ya vimos en el juego de 2016 como la acción en primera persona podía volver a retomar una vieja jugabilidad proveniente de su época dorada, herederas del propio “Doom” original de 1993, y ponerla al día para disfrute del jugador actual. Así, vimos plasmadas una serie de ideas que parecían ir a contracorriente de la tendencia de los exitosos shooters contemporáneos. Con “Doom Eternal” esas ideas pasan al siguiente nivel, ahondando en el mismo sentido.

En “Doom Eternal” la acción es veloz y frenética. En el campo de batalla no hay lugar seguro. Vuelve a estar prohibido parapetarse. Los enemigos son muy rápidos, y llegarán hasta ti en un segundo allí donde intentes ocultarte. Pararse es un seguro de muerte, el movimiento es tu aliado. Por eso tenemos el doble salto, para llegar antes adónde está la acción. Por eso no hay un botón para correr, no habría razón para dejar de usarlo. Por eso existe la posibilidad de hacer un impulso, porque para esquivar los peligros inminentes necesitaremos incluso ir más rápido. Además, no tenemos que preocuparnos por buscar un respiro tras una columna para renovar el cargador de nuestra arma. No existe tal botón aquí.

En “Doom Eternal” saltarás al ruedo, la sangre de demonio no solo te salpicará, te bañarás en ella. Para que superemos el miedo a acercarnos a los enemigos, para que suban aún más las pulsaciones, además de contar un demoledor ataque cuerpo a cuerpo, el puño sangriento, tenemos otras mecánicas clave. En “Doom Eternal” la munición, la vida y la protección se acaban en un suspiro. Con las recargas que encontramos en los escenarios no tendremos suficiente. Sin embargo, a los enemigos debilitados podremos hacerles una brutal ejecución de cerca que les hará soltar salud, y además recargará nuestro puño sangriento. También contaremos con un lanzallamas de corto alcance que no debilitará a los enemigos, pero que les hará soltar protección con cada golpe que reciban en el tiempo que ardan. Por último, tendremos la motosierra para acabar con los enemigos más pequeños y extraer de ellos abundante munición. Así, el juego nos exige entender a los enemigos como surtidores de recursos a los que hay que saquear continuamente, obligándonos a acercarnos a ellos.

En “Doom Eternal” usarás su extenso arsenal de todas las formas posibles. Cada nuevo combate pondrá a prueba no solo la habilidad y la reacción del jugador, sino sus capacidades estratégicas. En el juego encontraremos una buena variedad de enemigos, realmente diferentes entre sí, y cada uno con sus propias debilidades que tendremos que explotar con un arma correspondiente. Aparte de facilitar el cambio entre ellas, algo que haremos constantemente, la mayoría cuenta con modificadores que cambian radicalmente el ataque y su utilidad en combate, aumentando aún más si cabe las posibilidades de nuestro arsenal.

Aunque ya vimos lo que se consiguió en el anterior “Doom”, sigue sorprendiendo la agilidad del control para ser un juego en primera persona. Así, los niveles pondrán a prueba nuestro dominio del impulso, el doble salto y la escalada en secciones de plataformas, casi como si se tratase de un “Celeste” en primera persona.

Todas estas mecánicas se suman en la extraordinaria variedad de situaciones que plantea el juego a través de sus escenarios, lo que se traduce en una extraordinaria colección de momentos de acción gloriosa. Los enfrentamientos están medidos para ponernos por delante desafiantes hordas de enemigos que hacen que la adrenalina suba y baje, para volver a subir a niveles cada vez más altos, así hasta el final del juego.

El juego tiene especial interés en que tengamos claro todos sus sistemas, parando el juego y explicando cada una de sus mecánicas para que podamos sacarles partido. Porque como se disfruta más del título es convirtiéndonos en maestros de “Doom Eternal”. Para ser una frenética máquina de matar bestias del averno hay que dominar el juego hasta hacer combinaciones demenciales, enlazando muertes, corriendo como posesos, resultando en una vorágine de caos y destrucción visceral, en la que todas nuestras acciones deben tener un sentido. Controlar todo es un auténtico reto, pero asegura un plus de diversión. Para obligarnos a conseguirlo, para exprimir más aún el juego, como ya aconsejé en “Doom” 2016, es recomendable subir un puntito la dificultad. Moriremos incontables veces, pero el nivel de satisfacción será proporcional.

Y para conseguir ser maestros de “Doom” se hace imprescindible mejorar a nuestro personaje y ampliar nuestras posibilidades en el juego. “Doom Eternal” presenta subidas de nivel y mejoras para todos los aspectos que influyen en el juego. Desde los modificadores de las armas antes mencionados, hasta las mejoras aplicables a ellos y que se obtienen gastando unos puntos que conseguimos en cada combate. Desatar el poder de un modificador de un arma requerirá además cumplir un desafío durante el juego. También tenemos la típica subida del máximo de munición, salud y protección, que en este caso además van ligadas a ayudas a su obtención. Podemos encontrar también las mejoras del traje, que influyen en nuestras habilidades de exploración, plataformeo y las granadas. Incluso tenemos disponibles unas runas, de las cuales podremos tener hasta 3 activas a la vez, y que nos proporcionan habilidades que pueden influir en nuestra forma de jugar, y nuestras estrategias en combate.

Para obtener todas estas mejoras será imprescindible explorar exhaustivamente los niveles en busca de secretos. Así, matar demonios, explorar los niveles, cumplir desafíos, y aplicar mejoras, nos hacen entrar en un ciclo de juego en el que estos elementos se retroalimentan.

Por cierto, ya que he mencionado la exploración, aunque los niveles vuelven a ser bastante lineales, en ellos encontraremos muchas originales sorpresas, y no me refiero solo a las zonas de combate. Como es tradición en “Doom” los niveles ocultan cantidad de secretos, lo que pondrá a prueba nuestro talento explorando. Sin embargo, el juego no quiere obligarnos a interrumpir nuestras ansias de acción, así que cuando está a punto de finalizar el nivel nos dan la posibilidad de volver atrás a ciertos puntos. De esta forma, podremos tomarnos un tiempo para conseguir todo lo que nos hayamos podido dejar atrás, como monedas para obtener mejoras, desafíos opcionales, muñecos coleccionables, temas de anteriores juegos de id Software, y los novedosos códigos de trucos, que nos permitirán repetir niveles variando distintos aspectos de la jugabilidad.

Entre esta explosión de aspectos jugables, la historia, como pueden imaginarse, es una excusa. Aunque, eso sí, la excusa perfecta para, por fin, convertir al Doom Guy en el héroe carismático que merece una franquicia tan mítica. Y, atentos, sin necesidad de soltar ni una palabra. Y es que, junto a la acción, el trasfondo de la historia conseguirá que nos sintamos el poderoso Doom Slayer.

En aspectos gráficos, el juego no supone un salto destacable con respecto al anterior. En la versión de Series X, que es la que he jugado, puede activarse un Raytracing que en juego resulta del todo anecdótico. Eso sí, impresiona la cantidad de enemigos y efectos que conviven en pantalla mientras todo se mueve a una velocidad endiablada. En lo artístico, el juego vuelve a ser una original gozada, con la novedad de escenarios ambientados en ciudades de un devastado planeta tierra, y otros que combinan la piedra y la madera medieval, con la alta tecnología futurista. Por eso creo que hay bastante de “Quake” que late en este nuevo “Doom”.

En conclusión, “Doom” de 2016 fue un un gran juego, y sobre todo una inesperada y grata sorpresa que volvía a poner los focos en la acción más pura. Pero resultó ser solo la antesala de lo que estaba por venir. Con los mismos mimbres jugables, perfeccionando y profundizando hasta el extremo en todos sus puntos fuertes, han conseguido un juego en el que todo está encaminado en un sentido. “Doom Eternal” es una obra maestra absoluta, la gran apoteosis de la acción en primera persona. Pese a la explicación que haya podido hacer aquí, este es un juego que hay que sentirlo por uno mismo.

Desarrollador: id Software Guión: Hugo Martin, Adam Gascoine, Jon Lane, Chad Mossholder Música: Mick Gordon Intérpretes: Darin De Paul, Kevin Schon, Jason Spisak, Keith Silverstein, Matthew Waterson, Elizabeth Daily, Elle Newlands, A.J. LoCascio, Aleks Le, David Boat, Edward Bosco, Kyle Chapple, Piotr Michael, Jeannie Tirado, Nika Futterman, Kim Strauss, Stephanie Barton-Farcas, Jason E. Kelley

Estados UnidosEstados Unidos | 2020 | 35 horas | Videojuego | Acción | Shooter en primera persona | Shooter | Vista en primera persona | Gráficos 3D | Terror | AAA |