Ori and the Blind Forest (2015)
Si en los últimos años ha habido un metroidvania que ha conseguido gran repercusión entre un amplio espectro de jugadores ese ha sido “Ori and the Blind Forest”, juego de los austriacos Moon Studios auspiciado por Microsoft. El título ya de primeras entra por los ojos, con unos gráficos 2D maravillosos al estilo de “Rayman Origins”, combinando animaciones suaves y efectos lumínicos, con un apartado artístico de altura que ayuda a esa ambientación mágica que necesita está su bonita historia sobre la naturaleza.
En lo jugable estamos ante un metroidvania muy competente y con un control exquisito. Como es norma, empezamos pudiendo saltar y con un ataque simple, pero poco a poco ampliaremos nuestra gama de movimientos hasta que cada botón del mando servirá para algo. Con la evolución del personaje cambiará la forma de afrontar los escenarios. Lo que al principio es un camino entorpecido por obstáculos se va allanando con cada nueva habilidad, con las que también podremos abrir nuevas áreas que las reten. Algunas habilidades muy originales y bien implementadas, enfocadas todas ellas a ampliar nuestros recursos de exploración de ese mapeado tan trabajado que han conseguido.
Al contrario que la exploración, los ataques que permite el personaje son el aspecto menos trabajado del juego. El ataque básico, por ejemplo, es un aura que nos sigue y cuando pulsamos el botón golpea a los enemigos que tenemos a nuestro alcance, así que es fácil mantenerse siempre a distancia. Que sea un juego sin jefes finales demuestra por si solo que aunque nos enfrentemos con pequeños enemigos constantemente, atacar es un verbo secundario en “Ori and the Blind Forest”.
Una novedad es que, aparte de los lugares de guardado fijos, el juego permite crear puntos de reinicio donde queramos, consumiendo un poco de una barra de energía destinada a ello. Al principio esto parecía una idea muy prometedora, porque además hay puertas que se abren solo si llegamos a ellas con cierta cantidad de energía, lo que nos obligaría a llegar a ellas creando pocos puntos de control. Pero llegado a cierto punto del juego tendremos tanta energía que ahorrarla deja de tener sentido.
Eso ayuda aun más a que el juego no sea nada difícil. Tampoco los combates, ni las pruebas de plataformas, ni siquiera el mapa se hace lioso, porque ahí está todo muy bien explicado. Esa baja dificultad no impide que “Ori and the Blind Forest” cumpla a la perfección con todas las características clásicas y fundamentales del género, por eso es uno de los grandes exponentes del género en los últimos años. Quizás no revolucione el género, pero tampoco lo pretende.
Desarrollador: Moon Studios Guión: Thomas Mahler Música: Gareth Coker
Austria | 2015 | 11 horas | Videojuego | Acción | Aventura | Metroidvania | Plataformas de acción | Plataformas | Vista lateral | Scroll 2D | Gráficos 2D | AA |