Alien Crush (1988)

Los primeros moradores de los arcades, antes incluso de que existieran los videojuegos como tal, podían disfrutar de las máquinas de pinball. Es curioso que cuando los videojuegos se asentaron en el hogar también estas máquinas electromecánicas acabaran siendo adaptadas para ser jugadas en una pantalla. Es verdad que las sensaciones de un pinball real se pierden en este traspaso, pero en los mundos virtuales se puede llevar la ambientación más allá de lo que es posible en el mundo físico, por no decir que el jugador puede echar tantas partidas como quiera sin tener que gastar más y más monedas. Estas dos características son las que hacían que en las revistas de videojuegos de la época de los 8 y 16 bits siempre me llamara la atención los juegos de la serie de pinballs Crush, que se estrenaron con este “Alien Crush” para PC Engine, o TurboGrafx, que es como la conocimos en España.
Al contrario de lo que pensaba, el juego no nos hace avanzar a través de varias mesas, ni nos lleva a enfrentarnos con jefes finales, ni nada por estilo. La jugabilidad de este juego es más fiel a la que podrías encontrarte en un salón arcade. El juego nos presenta una única mesa con dos niveles y una ambientación de ciencia ficción terrorífica que no disimula nada sus referencias a las películas “Alien”. Como toda máquina de pinball, con la bola iremos activando diferentes resortes que van reconfigurando la mesa para multiplicar nuestra puntuación. Y es que ese el objetivo del jugador en un pinball, hacer la mayor puntuación posible. En algunos momentos el juego aprovecha para mostrar una mesa más viva de lo que podría estar una mesa de verdad, es decir, estamos ante un pinball infectado de aliens, con bichos correteando por la pantalla de vez en cuando, aunque sin embargo esto apenas afecta a la jugabilidad, que como ya digo, es bastante fiel a lo que podríamos ver en una mesa de verdad. Eso sí, desde la mesa se puede acceder a una estancia secundaria con pequeños minijuegos, pero es una fase muy sosa y prácticamente no aporta nada a la variedad del juego.
Partida a partida el jugador irá conociendo mejor la mesa y sus truquillos, y si bien es verdad que su simulación de la física está desfasada para lo que vemos hoy día, esta suele jugar en beneficio del jugador. Por ejemplo, en mi mejor partida me mantuve más de una hora en juego, algo impensable en otros juegos de este estilo. El juego intenta aportar un poco de variedad permitiendo elegir entre dos temas musicales para acompañarnos mientras jugamos, aunque hay que reconocer que de poco sirve. También nos permite elegir entre dos velocidades de la bola. Por mi experiencia una velocidad más lenta no suaviza la dificultad y lo desaconsejo porque obliga a hacer partidas más largas para alcanzar grandes puntuaciones.
Si como ya dije, su ambientación y estilo visual me entraba por los ojos hace ya décadas tan solo viendo capturas en una revista, hoy día sus gráficos siguen resultando atractivos si se entienden como pixel art vintage, aunque evidentemente ya no provocan el mismo impacto. Su mayor pega hoy día es su arcaica simulación física, algo fundamental en un pinball. Por lo demás “Alien Crush” en la actualidad es plenamente disfrutable en varias partidas, en las que intentaremos superar nuestro récord… hasta que nos cansemos de su única mesa.
Desarrollador: Compile Música: Toshiaki Sakoda
Japón | 1988 | Videojuego | Acción | Pinball | Arcade | Vista desde arriba | Gráficos 2D | Retro |